Si creían que la mayor competencia en el mundo del celular era la mantenida por Motorla y Nokia, todavía no ha visto la que se avecina.
Ya hace un tiempo que se viene hablando de que el futuro de Internet en los celulares y está claro que tenemos que ver nuevos terminales y nuevas tarifas en los planes de datos antes de llegar a ese punto.
En el último año hemos vivido cambios trascendentales en la industria de los celulares que suponen un posicionamiento del sector ante este ya más que cierto futuro de Internet móvil que se nos viene encima:
El primero puede ser la llegada del iPhone de Apple y el segundo el cambio de modelo de negocio que ha encarado RIM (más conocido como Blackberry por lo usuarios) que cambia el rumbo para acercase en mercado, un nuevo equipo destinado a mantener con vida el espíritu Blackberry ante el continuo acoso del iPhone.
Si algo tienen en común estas dos ofertas telefónicas es precisamente que nos enfrentamos a algo más que «simples teléfonos» por muy multimedia y polivalentes que sean los demás. El iPhone estaba predestinado a ser un éxito ya antes de nacer.
El iPhone es un teléfono único, es el teléfono de Apple. Lo que quiero decir con esto es que no hay opción, más allá de la cantidad de memoria del terminal, no hay gamas, ni series, simplemente es así: El iPhone sin números ni letras detrás. Blackberry era una marca de prestigio de telefonía con correo electrónico incluido, para empresas. Simple y funcional, hacía muy bien su trabajo con una robustez fuera de toda duda (cuánto me recuerda los comienzos de Palm, cuando la simple evocación de la marca nos traía a la mente la imagen de una PDA).
Al mismo tiempo que RIM sacaba dispositivos cargados de capacidades multimedia y de ocio, más accesibles al mercado no profesional, Apple hacía lo imposible para integrar el iPhone con los servidores Exchange de Microsoft. Dos cambios de rumbo que nos llevan a una colisión inevitable.
Ya hace un tiempo que se viene hablando de que el futuro de Internet en los celulares y está claro que tenemos que ver nuevos terminales y nuevas tarifas en los planes de datos antes de llegar a ese punto.
En el último año hemos vivido cambios trascendentales en la industria de los celulares que suponen un posicionamiento del sector ante este ya más que cierto futuro de Internet móvil que se nos viene encima:
El primero puede ser la llegada del iPhone de Apple y el segundo el cambio de modelo de negocio que ha encarado RIM (más conocido como Blackberry por lo usuarios) que cambia el rumbo para acercase en mercado, un nuevo equipo destinado a mantener con vida el espíritu Blackberry ante el continuo acoso del iPhone.
Si algo tienen en común estas dos ofertas telefónicas es precisamente que nos enfrentamos a algo más que «simples teléfonos» por muy multimedia y polivalentes que sean los demás. El iPhone estaba predestinado a ser un éxito ya antes de nacer.
El iPhone es un teléfono único, es el teléfono de Apple. Lo que quiero decir con esto es que no hay opción, más allá de la cantidad de memoria del terminal, no hay gamas, ni series, simplemente es así: El iPhone sin números ni letras detrás. Blackberry era una marca de prestigio de telefonía con correo electrónico incluido, para empresas. Simple y funcional, hacía muy bien su trabajo con una robustez fuera de toda duda (cuánto me recuerda los comienzos de Palm, cuando la simple evocación de la marca nos traía a la mente la imagen de una PDA).
Al mismo tiempo que RIM sacaba dispositivos cargados de capacidades multimedia y de ocio, más accesibles al mercado no profesional, Apple hacía lo imposible para integrar el iPhone con los servidores Exchange de Microsoft. Dos cambios de rumbo que nos llevan a una colisión inevitable.
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