Jugar habitualmente a vídeo juegos no es sinónimo de adicción. Y no es algo que me invente yo, ni siquiera proviene de uno de esos estudios que empresas y universidades realizan de vez en cuando sin ningún fin aparente.
Los datos provienen del centro Keith Bakker of The Smith & Jones en Amsterdam. Una clínica especialista en tratar casos de adicción a los vídeo juegos que, tal y como ocurre con el alcohol o las drogas, basan sus métodos de cura en la abstinencia.
me aceptan a mí como a mi personaje online…
Puedo ser bueno en algo y formar parte de un grupo.”
Estas son algunas de las declaraciones que se pueden escuchar en la clínica. El estudio destaca que la gran mayoría de jugadores tratados tenían un problema social y no psicológico, como fuentes poco fiables quieren demostrar.
Personas con problemas en el colegio o con personalidades retraídas se escudan a menudo en el contacto online, donde pueden aparentar ser otras personas sin ser discriminados por ello. Tras los tratamientos muchos de ellos confirman haber aprendido a disfrutar su frustración y sus problemas fuera del mundo de los vídeo juegos.
Sí, has leído bien, los redactores y guionistas de cadenas de televisión, basta ya de llamar enfermos a personas que no lo son. Por suerte es un pensamiento que empieza a extinguirse y es que, algunos piensan aún en este siglo, que el único objeto lúdico aceptable son las chapas.
Jamás olvidaré cuando en un programa de Antena 3 comparaban ser jugador a ser drogadicto. Valiente palabras.